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Aviación: Cultura, política y economía

Una imagen o un vídeo dice más que un millar de libros, aunque la imagen y el vídeo sean una verdad a medias...!


Introducción

En un vídeo publicado en el canal de Youtube del piloto comercial, Capi Leyton, titulado "El avión fantasma" (ver vídeo: Avión Fantasma), muestra un vuelo particular desde el Aeroperto Intl. El Dorado - Bogotá, con destino a la Isla de San Andrés.

Vuelo prácticamente vacío hacia la Isla de San Andrés

En el vídeo, se observa un mínimo de pasajeros con los que salió este avión en especial, y se abre un tema de índole político por parte del dueño del canal de aviación; el cual presenta un análisis algo parcializado, incompleto y condicionado; que conlleva a desdibujar la realidad, incluso, a inducir una falsa conclusión hacia sus seguidores en las diferentes redes sociales, sobre los diferentes vuelos que salen del interior del país hacia el destino caribeño. Por este motivo, quiero ampliar un poco más el panorama, con el fin de tener un contexto más general de cómo una cultura, mezclada con la política y ésta a la vez con la economía, dinamizan o afectan al mundo de la aviación y, por ende, al turismo.

Miremos por el retrovisor 

Antes del año 1.991, la Isla de San Andrés y Providencia, era una Intendencia (formaba parte) del departamento de Bolívar. Con la Constitución del 1.991, se eliminaron las Intendencias, Comisarías y Territorios Nacionales y, a su vez, se crean nuevos departamentos, en este caso, el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.

Mapa territorial del Archipiélago

Es así que, en los artículos 14 y 15 del Decreto 2762 del 13 de diciembre de 1.991 (Ver decreto: Medidas para controlar la densidad poblacional en el departamento Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina), se estableció como normativa para todas las agencias de viaje y aerolíneas, la obligatoriedad de una tarjeta de turismo para todas aquellas personas no residentes en el Archipiélago y, desearan, ingresar a la Isla con fines de turismo, negocios, entre otros.
Si bien, aún no se tiene la fecha exacta que dio inicio al cobro del impuesto por concepto de la tarjeta de turismo para ingresar a la Isla, lo cierto es que: En abril de 2.016, la Secretaría de Turismo del Archipiélago, aumentó el valor de este impuesto, el cual pasó de COP 52.000 (equivalente a 16.51 USD en 2.016) a COP 99.000 (equivalente a 31.44 USD en 2.016); lo que representó un incremento del 90.38%; teniendo en cuenta, que el salario mínimo legal vigente para ese año era de COP 689.454 (equivalente a 218.98 USD en 2.016); creando así, uno de los principales obstáculos para la fomentación del turismo en la Isla.
Si bien, la implementación de esta política económica extractiva y codiciosa por cuenta de las autoridades locales era la de fomentar el turismo y bienestar de la Isla..., Lo que hicieron en realidad estas "mentes ilustradas" con desproporcionada medida, fue la de imponer un muro al crecimiento del desarrollo sostenible en lo social y económico del Archipiélago. En otras palabras, cero crecimiento  (Ver: Subió el impuesto de la tarjeta de turismo para la isla de San Andrés).

Tarjeta de turismo para ingreso a la Isla de San Andrés.

Hoy, el ingreso a la Isla de San Andrés, tanto para los turistas nacionales como extranjeros, está costando COP 137.000, es equivalente a 3 días de trabajo para una persona que devengue 1 S.M.L.V. en Colombia. En otras palabras, es más económico comprar un pasaje aéreo desde Bogotá hacia, Santa Marta, Cartagena, Medellín, Cali, entre otras ciudades, que el precio a pagar, por el ingreso a la Isla Caribeña de Colombia. Por tanto, no veo ningún incentivo por parte de las autoridades del Archipielago para atraer más turistas hacia la Isla, que no sea el cobro excesivo de una tarjeta de turismo.

De lo anterior, puede surgir el siguiente interrogante. ¿Será que el recaudo acumulativo por concepto de la "tarjeta de turismo", sí lo están utilizando para fomentar el turismo y el bienestar de los isleños o, simplemente, se está yendo para el aparato burocrático de los políticos Locales y/o Nacionales por los que votamos cada 4 años?

Un par de coyunturas críticas en 2.020

Las coyunturas críticas son eventos fortuitos o prolongados que desestabilizan el equilibrio económico y político de una sociedad, además, algunos de estos eventos pueden ser origen natural, sanitario, político y cultural, entre otros.
Tal fue el caso que vivió el mundo entero a causa de la crisis sanitaria del COVID-19, durante los años 2.020 y 2.021. Siendo las zonas turísticas las más afectadas por este evento sanitario. Por su parte, Colombia, no ajena a esta crisis sanitaria mundial, implementó medidas restrictivas para evitar la expansión del virus dentro del país y, entre sus medidas sanitarias, se restringieron todos los vuelos comerciales dentro el territorio nacional 
por un lapso de 6 meses; afectado de manera inmisericorde, las regiones colombianas que dependían principalmente del turismo, en este caso, la Costa Atlántica y el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, entre otros.

Colombia paralizó el mercado aerocomercial por un lapso de 6 meses

Es importante resaltar que antes de iniciar las restricciones aéreas en el mes de marzo de 2.020, Archipiélago recibía un promedio mensual de 675 vuelos y una oferta de silletería 112.000 pasajeros, para  pasar a recibir 223 vuelos y una oferta de silletería 33.500 pasajeros mes al finalizar Diciembre del mismo año, según datos de Cirium. Lo que condujo a un impacto económico negativo para los pobladores de San Andrés Isla. 
Si bien, a partir de septiembre de 2.020 se restablecieron todas operaciones aéreas en el país, éstas se dieron a pasos muy lentos, hasta normalizar la totalidad las operaciones a finales del 2.021.

A medida que el Ministerio de Salud, iba eliminando las restricciones de confinamiento impuestas a los colombianos por cuenta del COVID-19 para el libre desplazamiento por todo el Territorio Nacional y en especial en el transporte aéreo; surge otro evento devastador de origen natural para el Archipiélago, en este caso, meteorológico. Es así, que 10 semanas después del reinicio de las operaciones aéreas en Colombia; el huracán Iota, de categoría 5, pasaba a 10 kilómetros al norte de las islas de Providencia y Santa Catalina. Generando grandes daños en infraestructura, viviendas, hoteles, red eléctrica y en los ecosistemas de flora y flora marina, entre ellos, arrecifes colarinos, manglares y praderas marinas.

Huracán Iota golpea de colateralmente a la Isla de San Andrés

Estas dos coyunturas críticas que se dieron durante el 2.020, pusieron la economía de San Andrés, Providencia y Santa Catalina en cuidados intensivos; dejando en una espera, la pronta solución por parte del Gobierno Nacional con la Isla y sus habitantes; donde se determinaron directrices puntuales y de choque para reparar los daños causados por el huracán Iota, y un plan de medidas para impulsar el turismo y reactivar la economía de los isleños. 

Reactivación económica y dos aerolíneas desplumadas

Una de las medidas en el plan de choque del gobierno anterior para la reactivación económica después de la crisis que generó el confinamiento de la población colombiana por la pandemia del COVID-19, fue la reducción en el IVA en todos los pasajes aéreos, hoteles y restaurantes, pasando del 19% al 5%. Ahora, con este incentivo el en sector aeronáutico como en los demás, recibió un empujón para cerrar un poco la brecha dejada por el cese de operaciones durante 6 meses y, a su vez, permitió la reactivación del turismo y de la economía en todo el país. Sin embargo, esta medida fue paliativa y de corta duración. La reducción del IVA, fue por el lapso de 1 año; entrando en vigencia 1 de enero de 2.022 y finalizando el 31 de diciembre de 2.022, lo que significó: A partir del 1 de enero 2.023, los pasajes aéreos volvieron a ser grabados con un IVA del 19%. En otras palabras, el alza en los precios de los tiquetes aéreos en general. Generando sobrecostos para los viajeros e impactando de manera negativa el flujo de turistas, principalmente, hacia el Archipiélago de San Andrés, por concepto del costo adicional de la tarjeta de turismo y afines.
Si bien, la disminución del IVA fue un efímero acetaminofén que el Gobierno del expresidente Iván Duque le proporcionó al sector de las aerolíneas y el turismo; el Gobierno actual del presidente Gustavo Petro, no permitió extender este beneficio en la pasada Reforma Tributaria; partiendo que si se hubiera mantenido la reducción del IVA en el 5
% en los tiquetes aéreos como en los hoteles y restaurantes, sería un espaldarazo de apoyo para todo el empresariado de las aerolíneas y el turismo y, por ende, se estaría fomentando el ideal del Gobierno Nacional de convertir a Colombia, en un país potencia del turismo. Sin embargo, con la negativa en la Reforma Tributaria al estímulo que introdujo el Gobierno Duque de mantener el IVA en el 5%, este ideal se aleja de la realidad y solo se convierte en un deseo y no, en una necesidad imperante por parte del Gobierno de turno; debido a que, para alcanzarlo, se necesita unos incentivos tributarios competitivos que faciliten la entrada y movilización de más viajeros hacia las zonas turísticas, en vez, de obstaculizar dicho acceso a este sector por medio de cargas impositivas, como es el caso del incremento del IVA, entre otros. (Ver: Por culpa del IVA en los tiquetes aéreos llegada de turistas caería 38%)

Al cerrar el mes de Julio de 2.024, el Aeropuerto Intl. JMC - MDE, reporta un valor negativo de -253.387 pasajeros domésticos con respecto a 2.022

A lo anterior, se adiciona otra calamidad, con fallas estructurales en la pésima planeación de rutas y en el riesgo-beneficio, malas decisiones administrativas y el exceso de confianza en la gestión de riesgos, (aunque hayan algunos que hablan de la "Conspiración Avianca") llevaron como efecto dominó, la salida de las dos aerolíneas de bajo costo Viva y Ultra Air del mercado aéreo colombiano a principios de 2.023.
Estas aerolíneas tenían una fuerte incidencia por el mercado turístico hacia la Costa Atlántica colombiana, principalmente, Cartagena, Santa Marta y San Andrés. Sin embargo, la llegada de una flota nueva de aviones A320Neo para VIVA en plena pandemia por parte de la casa fabricante Airbus, llevó "posiblemente" a la apertura de varias rutas sin sentido dentro del territorio nacional como también, la creación bases de operaciones en algunos aeropuertos donde no contaron con los resultados esperados. Asimismo, el enfrentarse a una guerra tarifaria de promociones con aerolínea Avianca, generando cobros risorios por tiquetes aéreos muy económicos para el pasajero, pero de alto costo económico para la empresa. A esta lista de desventuras, se suman: El desconocimiento y la imprudencia por el mercado aéreo colombiano de parte de la cúpula administrativa de Viva, además, el cambio de Gobierno Nacional, la devaluación del peso colombiano frente al dólar, La entrada en vigor de la Reforma Tributaria y Fiscal, el alto coste del combustible y de mantenimiento de las aeronaves, entre otros factores; hicieron de VIVA, una aerolínea financieramente inviable y, después de 10 años en el mercado aeronáutico, buscará un refugio en una estrategia de fusión con su aerolínea rival de competencia, Avianca. La cual fue aprobada con limitaciones por parte la Aeronáutica Civil. Aun así, la aerolínea Avianca que iba a tomar los derechos en propiedad de la aerolínea Viva, no estuvo de acuerdo con las limitaciones impuestas por el ente regulador y la fusión entre ambas aerolíneas, fracasó.

Dos aerolíneas de Bajo Costo dejaron de operar en Colombia

La sucesión de los hechos mencionados en el párrafo anterior, llevaron al cese de operaciones de la aerolínea VIVA el 27 de Febrero de 2.023, afectando, no solo a los pasajeros que volaban en esta aerolínea, sino, a la afectación del turismo desde y hacia Costa Atlántica y, como cereza de pastel, un mes después, la neonata aerolínea Ultra Air, con tan solo un año de operaciones regulares, con destinos fuertes hacia el mismo mercado nacional de VIVA, terminó apagando los motores el 31 de marzo de 2.023, por problemas financieros, algunos muy similares a su hermana low cost.
Esta metáfora junto a la fábula de Oliver Clerc, La rana y el agua hirviendo, nos dice: Cuando se cometen errores iniciales y no se corrigen, sino que se retroalimentan; el error inicial termina en un desastre, y el desastre de estas dos aerolíneas, afectó el flujo de pasajeros domésticos en 2.023 en todo el territorio nacional. Siendo la zona turística del Caribe la más afectada y en menor proporción, el aeropuerto Intl. José María Córdova de Medellín, donde se encontraban las bases operacionales de las dos extintas aerolíneas Low Cost.

Los malos manejos en el interior de dichas aerolíneas, sumado a las secuelas colaterales que dejó la pandemia y un Gobierno Nacional que no facilita el crecimiento económico; llevaron a Viva y Ultra Air a cerrar sus operaciones aéreas regulares en Colombia y Perú. Por tanto, lo que expresa Capi Leyton en su canal de Youtube, no es del todo cierto, porque, el dueño de este canal, únicamente se enfoca en un tema particular y emotivo, dejando por fuera otros que son de suma importancia para entender lo que pasa con el flujo de pasajeros hacia la isla de San Andrés (son algunos de los temas que estoy tratando en este blogger). Además, es importante aclarar: Uno solo vuelo (en el que aparece en el vídeo) no es la regla general de todos los vuelos hacia el Archipiélago, y es en este punto, donde el Youtuber del Aviación, se deja llevar más por la pasión y la ligereza de publicar y ganar like's, en vez, de usar una reflexión lógica y pausada con la información que desea transmitir a sus seguidores en su canal de aviación en Youtube.

La cultura

El turismo, es un indicativo muy volátil (con trastorno bipolar agudo) en la productividad y en el desarrollo económico de un país o una región a largo plazo, debido a una serie de co-dependencia a variables (sucesos) que son ajenas (algunas veces) a la región y de las cuales, no se pueden controlar; es el caso de lo que fue la pandemia del COVID-19. Por tanto, si se vive netamente del turismo, va estar siempre la amenaza (la espada de Damocles) de que un evento de estas mismas características vuelva a ocurrir en mediano o largo plazo; donde los países se tienen que volver a encerrar para evitar la expansión del contagio entre la población y, por tanto, va surgiendo el interrogante frente a esta incertidumbre que está presente en el mundo de lo probable ¿qué va a pasar con el crecimiento económico de las localidades que dependen únicamente del sector del turismo en Colombia para suplir sus necesidades básicas de calidad de vida? Simplemente se invierte el indicador y el generador de pobreza.

Pérdidas millonarias en turismo por COVID-19

Lo que pasó en 2.020 y 2.023, fue un campanazo de alerta para los isleños de San Andrés, Providencia y Santa Catalina y, además, de la Costa Atlántica, para que cambien el enfoque de crecimiento económico de sus regiones y no le apuesten el 100% solo al turismo. Tienen que generar otras perspectivas de mercado interno, donde se permitan generar ingresos económicos diferentes al turismo, por si llega otra coyuntura sanitaria a nivel mundial, de aerolíneas, de origen natural o de política nacional. Hay que usar el cerebro de vez en cuando para explorar otras alternativas de mercado que se puedan explotar y también, el saber elegir a las personas idóneas (políticos y empresarios) que promuevan el desarrollo económico sostenido a futuro y no, por aquellos que buscan empobrecer y mendigar a una región, porque esto, es lo que hemos venido haciendo desde que existe el voto popular en Colombia para elegir a nuestros gobernantes (administradores) de turno; que son a fin de cuentas, los que toman las decisiones "importantes".
Es necesario recordar lo siguiente: El político por el votamos, es el encargado de tomar las decisiones macro, en beneficio o en contra de un país. Si ese político local, regional o nacional toma una mala decisión por ignorancia, omisión, dolo o ideología; ese político, se encargará de llevar a una región o un país hacia un precipicio político, económico, cultural, sanitario, de transporte, entre otros. Así qué, elijamos bien, para que haya crecimiento económico y destrucción creativa en todas las regiones de Colombia y, con mayor énfasis, en aquellos lugares donde su fuente principalmente del PIB, es el turismo, de modo, que se planteen nuevas estrategias de dinamismo económico para no depender de un solo sector, que al fin de cuentas, es bastante inestable a los cambios mundiales y/o locales.

En conclusión

La caída en el flujo de turistas hacia el Archipiélago de San Andrés, tiene varios factores. Uno de ellos, es la pésima Política Económica de los gobiernos de Colombia. Política que siempre ha fomentado la extracción en vez de fomentar de los incentivos económicos al sector privado y a todos los colombianos. Por otro lado, culturalmente, somos muy pocos perspicaces para hallar oportunidades de mercado cuando se presentan coyunturas críticas; del mismo modo, optamos por elegir a las personas equivocadas para promover una verdadera revolución económica desde la política y, finalmente, ni el Gobierno Nacional y Local, ni las aerolíneas ni agencias de viajes, ni los empresarios del turismo y pobladores locales, se preparan para afrontar las futuras crisis mundiales y/o locales, que puedan afectan tanto al sector de la aviación como del turismo. Por tanto, vuelve y juega la pregunta, ¿qué van hacer los pobladores de aquellas zonas colombianas que solo viven del turismo? Creo que esta es una de las preguntas que se deben empezar a plantear y a responder.

Ojalá Capi Leyton, hubiera abordado el tema de su vídeo, el Avión Fantasma de una forma más abierta y sin fanatismo ideológico, con el fin, de no perder la objetividad se lo que se quiere expresar al público...!

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