Una imagen o un vídeo dice más que un millar de libros, aunque la imagen y el vídeo sean una verdad a medias...!
Introducción
En el vídeo, se observa un mínimo de pasajeros con los que salió este avión en especial, y se abre un tema de índole político por parte del dueño del canal de aviación; el cual presenta un análisis algo parcializado, incompleto y condicionado; que conlleva a desdibujar la realidad, incluso, a inducir una falsa conclusión hacia sus seguidores en las diferentes redes sociales, sobre los diferentes vuelos que salen del interior del país hacia el destino caribeño. Por este motivo, quiero ampliar un poco más el panorama, con el fin de tener un contexto más general de cómo una cultura, mezclada con la política y ésta a la vez con la economía, dinamizan o afectan al mundo de la aviación y, por ende, al turismo.
Miremos por el retrovisor
Antes del año 1.991, la Isla de San Andrés y Providencia, era una Intendencia (formaba parte) del departamento de Bolívar. Con la Constitución del 1.991, se eliminaron las Intendencias, Comisarías y Territorios Nacionales y, a su vez, se crean nuevos departamentos, en este caso, el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
Es así que, en los artículos 14 y 15 del Decreto 2762 del 13 de diciembre de 1.991 (Ver decreto: Medidas para controlar la densidad poblacional en el departamento Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina), se estableció como normativa para todas las agencias de viaje y aerolíneas, la obligatoriedad de una tarjeta de turismo para todas aquellas personas no residentes en el Archipiélago y, desearan, ingresar a la Isla con fines de turismo, negocios, entre otros.
Si bien, aún no se tiene la fecha exacta que dio inicio al cobro del impuesto por concepto de la tarjeta de turismo para ingresar a la Isla, lo cierto es que: En abril de 2.016, la Secretaría de Turismo del Archipiélago, aumentó el valor de este impuesto, el cual pasó de COP 52.000 (equivalente a 16.51 USD en 2.016) a COP 99.000 (equivalente a 31.44 USD en 2.016); lo que representó un incremento del 90.38%; teniendo en cuenta, que el salario mínimo legal vigente para ese año era de COP 689.454 (equivalente a 218.98 USD en 2.016); creando así, uno de los principales obstáculos para la fomentación del turismo en la Isla.
Si bien, la implementación de esta política económica extractiva y codiciosa por cuenta de las autoridades locales era la de fomentar el turismo y bienestar de la Isla..., Lo que hicieron en realidad estas "mentes ilustradas" con desproporcionada medida, fue la de imponer un muro al crecimiento del desarrollo sostenible en lo social y económico del Archipiélago. En otras palabras, cero crecimiento (Ver: Subió el impuesto de la tarjeta de turismo para la isla de San Andrés).
De lo anterior, puede surgir el siguiente interrogante. ¿Será que el recaudo acumulativo por concepto de la "tarjeta de turismo", sí lo están utilizando para fomentar el turismo y el bienestar de los isleños o, simplemente, se está yendo para el aparato burocrático de los políticos Locales y/o Nacionales por los que votamos cada 4 años?
Un par de coyunturas críticas en 2.020
Las coyunturas críticas son eventos fortuitos o prolongados que desestabilizan el equilibrio económico y político de una sociedad, además, algunos de estos eventos pueden ser origen natural, sanitario, político y cultural, entre otros.
Tal fue el caso que vivió el mundo entero a causa de la crisis sanitaria del COVID-19, durante los años 2.020 y 2.021. Siendo las zonas turísticas las más afectadas por este evento sanitario. Por su parte, Colombia, no ajena a esta crisis sanitaria mundial, implementó medidas restrictivas para evitar la expansión del virus dentro del país y, entre sus medidas sanitarias, se restringieron todos los vuelos comerciales dentro el territorio nacional por un lapso de 6 meses; afectado de manera inmisericorde, las regiones colombianas que dependían principalmente del turismo, en este caso, la Costa Atlántica y el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, entre otros.
A medida que el Ministerio de Salud, iba eliminando las restricciones de confinamiento impuestas a los colombianos por cuenta del COVID-19 para el libre desplazamiento por todo el Territorio Nacional y en especial en el transporte aéreo; surge otro evento devastador de origen natural para el Archipiélago, en este caso, meteorológico. Es así, que 10 semanas después del reinicio de las operaciones aéreas en Colombia; el huracán Iota, de categoría 5, pasaba a 10 kilómetros al norte de las islas de Providencia y Santa Catalina. Generando grandes daños en infraestructura, viviendas, hoteles, red eléctrica y en los ecosistemas de flora y flora marina, entre ellos, arrecifes colarinos, manglares y praderas marinas.
Estas dos coyunturas críticas que se dieron durante el 2.020, pusieron la economía de San Andrés, Providencia y Santa Catalina en cuidados intensivos; dejando en una espera, la pronta solución por parte del Gobierno Nacional con la Isla y sus habitantes; donde se determinaron directrices puntuales y de choque para reparar los daños causados por el huracán Iota, y un plan de medidas para impulsar el turismo y reactivar la economía de los isleños.
Reactivación económica y dos aerolíneas desplumadas
Si bien, la disminución del IVA fue un efímero acetaminofén que el Gobierno del expresidente Iván Duque le proporcionó al sector de las aerolíneas y el turismo; el Gobierno actual del presidente Gustavo Petro, no permitió extender este beneficio en la pasada Reforma Tributaria; partiendo que si se hubiera mantenido la reducción del IVA en el 5% en los tiquetes aéreos como en los hoteles y restaurantes, sería un espaldarazo de apoyo para todo el empresariado de las aerolíneas y el turismo y, por ende, se estaría fomentando el ideal del Gobierno Nacional de convertir a Colombia, en un país potencia del turismo. Sin embargo, con la negativa en la Reforma Tributaria al estímulo que introdujo el Gobierno Duque de mantener el IVA en el 5%, este ideal se aleja de la realidad y solo se convierte en un deseo y no, en una necesidad imperante por parte del Gobierno de turno; debido a que, para alcanzarlo, se necesita unos incentivos tributarios competitivos que faciliten la entrada y movilización de más viajeros hacia las zonas turísticas, en vez, de obstaculizar dicho acceso a este sector por medio de cargas impositivas, como es el caso del incremento del IVA, entre otros. (Ver: Por culpa del IVA en los tiquetes aéreos llegada de turistas caería 38%)
Estas aerolíneas tenían una fuerte incidencia por el mercado turístico hacia la Costa Atlántica colombiana, principalmente, Cartagena, Santa Marta y San Andrés. Sin embargo, la llegada de una flota nueva de aviones A320Neo para VIVA en plena pandemia por parte de la casa fabricante Airbus, llevó "posiblemente" a la apertura de varias rutas sin sentido dentro del territorio nacional como también, la creación bases de operaciones en algunos aeropuertos donde no contaron con los resultados esperados. Asimismo, el enfrentarse a una guerra tarifaria de promociones con aerolínea Avianca, generando cobros risorios por tiquetes aéreos muy económicos para el pasajero, pero de alto costo económico para la empresa. A esta lista de desventuras, se suman: El desconocimiento y la imprudencia por el mercado aéreo colombiano de parte de la cúpula administrativa de Viva, además, el cambio de Gobierno Nacional, la devaluación del peso colombiano frente al dólar, La entrada en vigor de la Reforma Tributaria y Fiscal, el alto coste del combustible y de mantenimiento de las aeronaves, entre otros factores; hicieron de VIVA, una aerolínea financieramente inviable y, después de 10 años en el mercado aeronáutico, buscará un refugio en una estrategia de fusión con su aerolínea rival de competencia, Avianca. La cual fue aprobada con limitaciones por parte la Aeronáutica Civil. Aun así, la aerolínea Avianca que iba a tomar los derechos en propiedad de la aerolínea Viva, no estuvo de acuerdo con las limitaciones impuestas por el ente regulador y la fusión entre ambas aerolíneas, fracasó.
La sucesión de los hechos mencionados en el párrafo anterior, llevaron al cese de operaciones de la aerolínea VIVA el 27 de Febrero de 2.023, afectando, no solo a los pasajeros que volaban en esta aerolínea, sino, a la afectación del turismo desde y hacia Costa Atlántica y, como cereza de pastel, un mes después, la neonata aerolínea Ultra Air, con tan solo un año de operaciones regulares, con destinos fuertes hacia el mismo mercado nacional de VIVA, terminó apagando los motores el 31 de marzo de 2.023, por problemas financieros, algunos muy similares a su hermana low cost.
Los malos manejos en el interior de dichas aerolíneas, sumado a las secuelas colaterales que dejó la pandemia y un Gobierno Nacional que no facilita el crecimiento económico; llevaron a Viva y Ultra Air a cerrar sus operaciones aéreas regulares en Colombia y Perú. Por tanto, lo que expresa Capi Leyton en su canal de Youtube, no es del todo cierto, porque, el dueño de este canal, únicamente se enfoca en un tema particular y emotivo, dejando por fuera otros que son de suma importancia para entender lo que pasa con el flujo de pasajeros hacia la isla de San Andrés (son algunos de los temas que estoy tratando en este blogger). Además, es importante aclarar: Uno solo vuelo (en el que aparece en el vídeo) no es la regla general de todos los vuelos hacia el Archipiélago, y es en este punto, donde el Youtuber del Aviación, se deja llevar más por la pasión y la ligereza de publicar y ganar like's, en vez, de usar una reflexión lógica y pausada con la información que desea transmitir a sus seguidores en su canal de aviación en Youtube.
La cultura
Es necesario recordar lo siguiente: El político por el votamos, es el encargado de tomar las decisiones macro, en beneficio o en contra de un país. Si ese político local, regional o nacional toma una mala decisión por ignorancia, omisión, dolo o ideología; ese político, se encargará de llevar a una región o un país hacia un precipicio político, económico, cultural, sanitario, de transporte, entre otros. Así qué, elijamos bien, para que haya crecimiento económico y destrucción creativa en todas las regiones de Colombia y, con mayor énfasis, en aquellos lugares donde su fuente principalmente del PIB, es el turismo, de modo, que se planteen nuevas estrategias de dinamismo económico para no depender de un solo sector, que al fin de cuentas, es bastante inestable a los cambios mundiales y/o locales.
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